Menorca, una joya de las Islas Baleares, es famosa por sus playas cristalinas, pero también esconde calas de difícil acceso que son verdaderos paraísos. Este artículo te guiará para descubrir las mejores calas escondidas de Menorca, perfectas para quienes buscan paz y naturaleza.
Elegir calas de difícil acceso en Menorca garantiza una experiencia más privada y natural, lejos del turismo masivo. Estas playas suelen ser menos concurridas, lo que permite disfrutar de la tranquilidad y la belleza natural en su máximo esplendor.
Para acceder a estas calas, a menudo es necesario caminar por senderos no señalizados o tomar un barco. Planifica bien tu visita, llevando agua, protector solar y un mapa, ya que muchas de estas calas no tienen servicios cercanos.
Cala en Turqueta, ubicada en la costa sur, es conocida por sus aguas turquesas y su arena blanca. Aunque es una de las calas más populares, su acceso relativamente difícil la mantiene tranquila. Debes caminar unos 20 minutos desde el aparcamiento para llegar.
Cala Pregonda, en la costa norte, destaca por su arena dorada y formaciones rocosas rojas. Es un lugar ideal para practicar snorkel. Para llegar a esta cala, es necesario caminar unos 30 minutos desde el aparcamiento, lo que asegura una experiencia más aislada.
Cala Escorxada es una de las más remotas y menos frecuentadas de Menorca. El acceso requiere una caminata de 45 minutos desde la urbanización Santo Tomás. Este esfuerzo es recompensado con una playa tranquila y un paisaje natural impresionante.
Cerca de Cala Escorxada, Cala Fustam es aún más aislada. Esta cala rodeada de acantilados es accesible solo a pie o en barco, lo que la convierte en un refugio perfecto para escapar del bullicio.
Cala Trebalúger es una joya escondida en la costa sur. Rodeada de pinos y con aguas cristalinas, esta cala es accesible solo a pie o en barco. Una caminata de 45 minutos desde Cala Mitjana garantiza que sea poco concurrida.
Cala Rafalet es una pequeña cala en la costa este, perfecta para quienes buscan un lugar secreto donde nadar en aguas tranquilas. El acceso es corto pero empinado, lo que añade un toque de aventura.
Es crucial ir bien preparado: lleva agua, alimentos, protector solar y calzado adecuado para caminar. También es recomendable llevar una sombrilla, ya que muchas de estas calas carecen de sombra natural.
La mejor época para visitar estas calas es durante la temporada baja, en primavera y otoño. Durante estos meses, el clima es agradable y hay menos turistas, lo que te permitirá disfrutar de estos rincones en total tranquilidad.
Las calas escondidas de Menorca ofrecen una experiencia única para quienes buscan paz y contacto directo con la naturaleza. Aunque el acceso pueda requerir más esfuerzo, la recompensa es un entorno prístino y una experiencia más auténtica y privada en la isla. ¡Prepárate para descubrir estos tesoros ocultos de Menorca!